La Cosecha Inesperada

Horror 21 to 35 years old 1000 to 2000 words Spanish

Story Content

El eco metálico de una llave inglesa resonó en el sótano, la única interrupción al silencio denso y polvoriento.
David, con gafas resbalando por su nariz, ajustó la última tuerca en su creación: una intrincada cámara de tortura.
Una sonrisa lasciva se dibujó en sus labios.
Su novia, Clara, compartía sus gustos... peculiares.
La idea era una sorpresa, un regalo retorcido pero apasionante.
Una voz chillona irrumpió desde arriba.
¡Oye, David! ¿Qué diablos haces ahí todo el día? ¡Vamos a cenar!
Era su madre, Elena, una mujer de mediana edad con la paciencia tan corta como su sentido del humor.
¡Escucha, mamá! ¡¡¡No me molestes!!! ¡Estoy ocupado haciendo un regalo para mi nueva novia!
David rodó los ojos.
Siempre interrumpiendo.
¿Que? ¡Una novia! Nunca tuviste una.
La burla resonó a través del hueco de la escalera.
¡Será mejor que salgas y encuentres un trabajo en lugar de sentarte en un sótano todo el tiempo!
¡Déjame en paz, mamá! ¡Ya tengo trabajo! ¡Soy un hacker a tiempo completo!
David murmuró, sintiendo la bilis subir por su garganta: "estúpida. siempre arruinado todo."
Pero esa noche Clara no estaría para probarlo. "maldita sea. ¿dónde encontraré otra zorra con tetas enormes para divertirme?"
¡¡¡David, pequeña mierda!!! ¡Sal ahora!
La voz de Elena resonó más fuerte, cargada de exasperación.
¡Estoy harta de llamarte a cenar!
David contuvo el aliento. ¡Jesús, qué chico imposible! ¡Vas a ir a prisión como tu maldito padre!
La frustración se convirtió en una chispa, una idea retorcida formándose en su mente.
¡ooooh si! Tengo una extraña idea...
La cena quedó olvidada cuando David subió cautelosamente las escaleras.
Elena estaba en la cocina, lavando los platos, ajena al peligro que se cernía sobre ella.
Mmmmm... que culo gordo y sexy...
David tragó saliva, apretando un paño empapado en cloroformo contra sus nudillos.
Es hora de decir buenas noches, mami.
Con un movimiento rápido y despiadado, cubrió la boca y la nariz de Elena.
Ella forcejeó, pero la resistencia fue breve.
El olor dulce y nauseabundo llenó el aire, y su cuerpo se desplomó.
Quince minutos de arduo trabajo... el pensamiento de David.
Arrastrar a su madre inconsciente hasta el sótano fue más difícil de lo que esperaba.
La colocó sentada en el suelo frío, quitándole la ropa con movimientos rápidos y desapasionados.
Primero las chanquilas, luego el mandil, la playera/camisa/camiseta verde (que deja ver el escote), los pantalones grises, el brasier (grande) y las panties.
Las esposas de cuero esperaban, listas para asegurar sus muñecas y tobillos a la estructura metálica.
Una vez que la tuvo atada, contempló su obra.
Un escalofrío de excitación y repugnancia recorrió su espina dorsal.
Pasó una mano temblorosa por su trasero, deteniéndose un momento para apretar un pezón.
Un gemido sordo escapó de los labios de Elena mientras comenzaba a despertar.
maldición! me duele mucho la cabeza.
Sus ojos se abrieron, desorientados.
¿Donde estoy? !¿Y por qué diablos estoy... desnuda!?
El pánico comenzó a apoderarse de ella.
¡Oh dios mio, David! ¡Estas completamente loco!? ¡Bájame de inmediato!
¡Cállate perra! ¡Y disfruta el proceso!
La calló brutalmente con una bola de mordaza.
El sonido amortiguado de su protesta fue música para los oídos de David.
Le azotó el trasero con sus manos, uso una cosa parecida a un matamoscas para golpearle el trasero y Pechos, y hizo lo mismo con un látigo
Al final puso una cuerda entre las piernas de ella y la uso para frotar la entrepierna de ella.
Una vez satisfecho saco 2 agujas o inyecciones.
ya que entraste en calor. es hora de decirte para que son estas agujas.
Compré esta mierda en eBAY.
Hará que tus gordas tetas produzcan leche cómo una puta vaca.
Las agujas en sus pezones se sentían frías y amenazantes.
El líquido de las inyecciones empezó a llenar sus pechos, sintió un dolor agudo que crecía gradualmente.
Sus glándulas mamarias empezaron a producir leche a un ritmo alarmante.
sus pechos llenos de leche se sentían extraños e hinchados.
Es una mala manera de desperdiciar una leche materna tan preciosa.
Pero no te preocupes, mami. ¡Te ordeñaré en seco con mi super máquina!
David conectó una máquina de ordeño a los pechos de Elena, encendiéndola sin piedad.
Ser ordeñada se sentía a la vez doloroso y... estimulante.
Un calor incómodo se extendió por su abdomen.
El hijo se puso detras de ella y la agarro de su cabello y acercó su pene (el de el) a ella y dijo:¡déjame estimular tus pechos para producir aun más leche!
Le empezó a meter su pene duro en el coño de su madre.
David la desató, dejándola caer al suelo sin contemplaciones, todavía atada de manos y pies.
Se colocó sobre ella, con sus testículos rozando su rostro.
Ella ya no tenía el gag y dijo:¡es hora de darle de comer con mi espeso esperma a ese agujero, puta!
Solo dame un minuto para follar esos enormes torpedos tuyos.
David metió su pene entre los pechos de ella, la excitación alimentando su locura.
Luego en la boca de ella y se corre en su boca.
Con la respiración agitada, volvió a aplicar el paño con cloroformo hasta que ella quedó inerte.
Con cuidado, la vistió, limpiando cualquier rastro de su crimen.
Con un esfuerzo, la llevó de vuelta a su habitación, dejándola delicadamente sobre la cama.
Cuando Elena se despertó, la luz del sol entraba tímidamente por la ventana.
Un atisbo de pesadilla fugazmente en sus memorias.
Confundida y desorientada, se tocó la cabeza. Maldición! Me duele mucho la cabeza
Una pesadilla vívida, quizás...
Sus pechos se sentían pesados, cálidos y con hormigueo. Sintió una leve incomodidad, una plenitud inusual en sus pechos, aunque su talla actual seguía siendo casi la misma.
No parecía que estuvieran más grandes de lo normal... o ¿sí? ¿Estaba imaginando cosas? Probablemente. Lo atribuyó a la postura incómoda en la que durmió.
También notó que estaban un poco más sensibles al tacto, pero nada que realmente le preocupara.
Se levantó con lentitud, con la sensación de haber tenido un sueño particularmente extraño.
Te quedaste dormida después de cenar, estabas agotada.
David estaba de pie en la puerta, con una sonrisa amable.
Parecía genuinamente preocupado.
Aquí tienes. Preparé café. ¿Quieres un poco de leche?
Asintió con la cabeza, agradecida por el gesto. El aroma del café era reconfortante.
Al probar el café con leche, Elena lo sintió deliciosamente rico y cremoso.
Sabe genial. ¿Qué marca es esta?
David sonrió.
Ganaste un concurso! Es de una granja local, un premio bastante generoso. Están dándolo por promocionarlos.
David abrió el refrigerador, revelando varios galones de leche con etiquetas de una granja orgánica.
Elena inspeccionó la etiqueta sin notar nada fuera de lo normal, lo que la tranquilizó.
"¡Vaya, es mucha leche! ¡Tendremos para rato!". La confusión se disipó y Elena se relajó, convencida de que solo había sido un sueño febril y perturbador, posiblemente por los nervios del trabajo. Su mente estaba tratando de racionalizar lo ocurrido y llenar los huecos en blanco que no lograba recordar, como por ejemplo, cómo llegó hasta la cama.
Se sintió cansada, extraña, y sentía sus pechos ligeramente hinchados; aun así, a pesar de lo mucho que sus pechos le pedían ser vaciados no pensó demasiado en ello.
Una gota traicionera de líquido manchó su blusa, justo a la altura del pecho.
Lo miro mas de cerca y observo que casi no se miraba casi no la mancho.
Debió haber sudado por la horrible pesadilla. Sí, eso debía ser.
Mientras tanto, en el sótano, David observaba su pequeño refrigerador lleno de botellas.
eran más botellas de las que el refrigerador grande pudo guardar en la cocina. "Wow... produjiste más leche de lo esperado! Genial...". Llenó todo un refrigerador de galones... y una taza extra para la cafetería."
Con un placer mórbido, colocó una etiqueta diferente en cada botella: "Leche de Vaca Feliz - Edición Especial".
La máquina de etiquetado zumbaba mientras David organizaba meticulosamente su botín, separando mentalmente las etiquetas del refrigerador y el mini refrigerador, para mantener a raya cualquier sospecha de su madre, y el horror a futuro cuando la leche se termine.
Frente a su computadora, consultaba un foro sobre lactancia inducida.
¿Había sobredosis accidental o a una hipersensibilidad hormonal preexistente a sus inyecciones experimentales? ¿por que produjiste más leche de lo normal?.
No parecía haber efectos secundarios peligrosos en las hormonas de prolactina y oxitocina, pero le llamó la atención una hipersensibilidad hormonal que, unida a una anterior lactancia -hacía años que no le salía leche... ¡Ya ni siquiera recordaba la experiencia!- había actuado como catalizador y había desatado la sobreproducción de leche, eso había acelerado los resultados.". Él originalmente lo había diseñado para ser usado en mujeres o... cosas...".
Se suponía que Clara iba a probarlo por las proximas semanas cada ciertos días!
El hijo se llenó de entusiasmo y alivio ya que sabía que su madre estaría mejor sin siquiera preguntárselo, le encanto el resultado más de lo esperado...
El teléfono de David sonó, interrumpiendo su investigación.
Era Clara.
"Cariño, ¿cómo va todo por ahí? Ya termine de vacacionar!".
"¡Probé la cámara! ... Mamá está llena de leche por cierto. Podrás probarla cuando llegues. Todo el día la usaré ya que gracias a una combinación de químicos es más receptiva de lo normal!
Al silencio al otro lado del teléfono le siguió una risa baja y ronca.
¡¿En serio?! Quiero más details. La novia sabía a detalle sobre los macabros experimentos y no se espantaba gracias a su fetichismo, en cambio eso la incentivaba.
Esa era la mujer que amaba: una compañera con gustos pervertidos para combinar.
Elena disfrutaba de su cafe con leche, sin tener la menor idea del oscuro origen y a David le gustaba eso: su leche.
David estaba preparado: la madre había llenado hasta las botellas, ahora faltaba el paso más importante, incluir a su amada a lo siguiente y sacar provecho a las 'hormonas' de su madre, y luego vaciarle sus lechos cada tres días para después reinyectarla.
Ella despertó pensando que había tenido un muy mal sueño; soñaba cómo su hijo le llenaba las tetas con hormonas, para hacerla vaca lechera y desquitarse de ella, pero a David le encantaba eso...
Pronto se apoderarían del botín y dominaría tanto su yegua cómo a David... después.
Había mucho trabajo que hacer todavía, empezando a desglosar a cada uno hasta ser piezas que solo se necesiten hasta quedar irrelevantes. A todos les llegará su turno...